Una de las frases que más me han marcado y han guiado mi vida es de Miguel de Unamuno y reza así: “el fascismo se cura leyendo y el racismo se cura viajando”. Sin lugar a dudas, viajar es crecer como persona y aprender constantemente. Abre la mente, ofrece nuevas perspectivas y te completa, pero es preferible viajar teniendo en cuenta algunos puntos clave. En primer lugar, es imprescindible dejar atrás los estereotipos y acudir a cualquier país con una actitud total de respeto hacia religiones y culturas diferentes.
Conocer las costumbres de un país en el que no has estado nunca puede ser todo un reto, pero al menos conviene saber algunos conceptos básicos que facilitarán tu comunicación. He aquí algunas costumbres locales que deberías tener en cuenta para tus próximos viajes, dependiendo del destino que elijas:
Las manos son una parte imprescindible del lenguaje no verbal. Cuando hablamos, amasamos las palabras, tratamos de alcanzar lo que no podemos expresar de forma hablada y complementamos el lenguaje. Sin embargo, existen ciertos gestos que difieren en su significado dependiendo de dónde te encuentres.
Es importante que una de las primeras palabras que aprendas allá donde vayas sea “hola” en el idioma nativo. Esto mostrará interés por su cultura y las personas saludadas entenderán que tratas de conectar con ellas.
Sin embargo, la mayoría de culturas de occidente se presentan con un apretón de manos, aunque en la parte oriental del mundo es más habitual inclinarse un poco o hacer una reverencia. Cuanto más te agaches, más respeto estarás demostrando a la otra persona. Asimismo, siempre que se intercambian tarjetas de visita, hay que ofrecerla y aceptarla con ambas manos. Después de examinarla, se la guardan en el bolsillo de la chaqueta. Meterse una tarjeta de visita directamente en un bolsillo del pantalón denota cierta superioridad y se considera una falta de respeto.
Por otro lado, en la India y algunos países de Oriente Medio, es preferible no utilizar la mano izquierda. Esto se debe a que esta mano se usa para limpiarse, por lo que no se considera higiénico ponerla en contacto con otras personas o incluso con la comida.
Otro aspecto referente a las manos es el mero hecho de llevarlas a la vista. En Alemania, llevar las manos metidas en los bolsillos se considera de mala educación y al comer es preferible apoyar el antebrazo en la mesa y no llevarse las manos al regazo.
Por último, algo que tenemos muy interiorizado en la mayoría de países de Europa son los gestos afirmativos y negativos. Ya sea llevándose la barbilla al pecho o moviendo la cara hacia los lados, o agitando el índice también hacia ambos lados, sabemos perfectamente cuándo alguien quiere decir sí o no. No obstante, en algunas zonas del norte de la India y en Bulgaria estos gestos significan justamente lo contrario. Por eso, aunque la mayoría de las veces estos gestos salgan de forma natural, conviene saberlo para entenderse correctamente.
En muchos sitios, se valora mucho la puntualidad, sin embargo, en la India o en Venezuela, llegar un mínimo de 10 minutos tarde a una comida es lo habitual. Esta costumbre trata de expresar que no eres codicioso o que no te puede el ansia.
La gastronomía difiere mucho según el espacio geográfico, pero también las costumbres que giran en torno a la comida. En Grecia, por ejemplo, es un honor ser invitado a una comida y aceptar los platos que te van sacando es un cumplido a las habilidades culinarias del cocinero.
En algunos países asiáticos como Japón o China es costumbre sorber los fideos, demuestra que te gustan, pero hay que asegurarse de no acabárselos todos. Terminar tu ración puede transmitir a tu anfitrión que no tenía suficiente comida como para saciarte. Además, si tienes sed debes rellenar el vaso de otra persona y esperar a que ésta llene el tuyo. Otro dato curioso de Japón, es que dar propina en los establecimientos se considera un insulto.
Entregar una flor siempre se ha considerado un gesto romántico, al menos en España, sin embargo, en algunos países hay que andarse con ojo. En Rusia, algunas flores pueden ofender a la persona a la que se la regalas. En China también, las flores, los relojes y los pañuelos se relacionan directamente con los funerales. En Países Bajos, por su parte, regalar objetos afilados significa mala suerte. Tampoco es recomendable regalar un reloj en una boda búlgara, ya que hace referencia a que es cuestión de tiempo que esa pareja vaya a separarse.
En cualquier caso, lo mejor que puedes hacer si quieres regalar algo a alguien en un país extranjero, es preguntar. Todo el mundo puede perdonar una ofensa si tratas de clarificar el asunto y es más difícil meter la pata cuando te esfuerzas por hacer las cosas bien.